viernes, 15 de agosto de 2008

´Creía que comer langosta era lo normal´

Pues claro, hombre, claro. La verdad es que el último escándalo que se ha destapado de la era Matas está dando mucho de sí. A nivel de declaraciones está resultando claramente hilarante, como perla de muestra les ofrezco este interesante documento.

A buen seguro el juez, los fiscales y los letrados tuvieron ayer que aguantarse las risas por lo surrealista de la declaración de Damià Amengual, más parecida en ocasiones a una encuesta gastronómica.
Los representantes del Ministerio Público interpelaron al ex gerente de Turisme Jove por "el montón de facturas" que éste presentó en la pasada legislatura de restaurantes, gasolina, taxis o ramos de flores, gastos todos ellos cobrados aparte del dinero por dietas que ya recibía en su nómina, a lo que Amengual siempre se defendió con el mismo argumento: "Me dijeron que siempre se había hecho así".
"¿Pero le pareció normal?", tuvieron que llegar a interpelarle los investigadores, ante el aluvión de dietas y su elevada cuantía. Pero él se mantuvo en sus trece: "Me dijeron que esto funcionaba así".
En un instante dado, se le exhibió una cuenta de una caldereta de langosta en Menorca para varias personas con cargo al consorcio público, inquiriéndole si la hubiera pagado "de su propio bolsillo". O del por qué de tantas facturas de restaurantes en la carretera de Manacor, cerca de Pina, pueblo natal de Amengual. Éste argumentó que "eran reuniones de trabajo a veces con los de Turisme Jove", si bien no recordaba con quién, y que se hacían allí para su "comodidad".
Los investigadores le detallaron un serial de gastos pasados al consorcio en concepto de bebidas alcohólicas, carajillos o cervezas en un bar de la plaza de los Patines de Palma. Con algo de ironía, se le preguntó si trabajaba "consigo mismo", señalándole que pagó con fondos públicos "una cena individual en Cal Dimoni de Algaida por 31,73 euros con carajillo incluido y un par de cervezas". La justificación del ex gerente no tiene desperdicio: "A lo mejor se equivocaron en el restaurante".
Pero su respuesta no debió contentar a los que le interrogaban, pues siguieron preguntándole por las facturas de langostas "o de whisky Johnny Walker", los tiques de bocadillos, patatillas y refrescos consumidos en el aeropuerto de Menorca, añadiendo sin bromas si le gustaba consumir todo esto "con cargo al contribuyente". De nuevo, una respuesta hilarante de Amengual: dijo que su intención no era pasar las facturas de dichos dispendios, y que si lo hizo "fue sin querer".

Fuente: Diario de Mallorca
El argumento del "fue sin querer" ya se está volviendo repetitivo, y los jueces mallorquines deben estar empezando a cansarse del mismo. Pero lo que tampoco tiene pérdida es la declaración oficial de la responsable política directa de los interfectos, a quien tengo el gusto de presentarles:

Aquí Rosa Puig, aquí unos amigos.

Veamos que se comenta de ella en sus propias filas:

"Alguien debería explicarle a esta chica lo que significan las ´responsabilidades políticas´, ser conseller no es sólo lucir modelito e ir en coche oficial", comentaba ayer un peso pesado del PP balear, estupefacto ante las declaraciones de Rosa Puig la tarde anterior. Pese a haber sido en la pasada legislatura la máxima responsable política de Turisme Jove, la ex consellera de Presidencia y Deportes se despachó ante la prensa con perlas como estas: "Desde el momento en que no tenía conocimiento de nada ni era miembro del consorcio, no veo qué tipo de responsabilidad pueda tener", o "no pienso dimitir" del escaño en el Consell de Mallorca "porque no estoy imputada ni he hecho nada".
Esta buena chica que no ha roto un plato nunca también anda en un tris de verse envuelta en las cuentas del célebre Palma Arena, el macro velódromo-polideportivo-estadio para todo que costó cerca del doble de lo presupuestado. Seguiremos a la escucha de nuevas declaraciones. Mientras tanto, ya saben, coman langosta que es lo normal, sobretodo ahora en épocas de crisis.